La Casa de Andrade
el puente de Pontedeume
vista general de Pontedeume
Fernán Pérez de Andrade «O Boo» es el primer señor de Pontedeume en virtud del privilegio otorgado en Burgos el 19 de Diciembre de 1371 por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo en la guerra fratricida contra el rey Pedro I «el Cruel».
A
la donación de los señoríos de Pontedeume y Ferrol se
uniría en 1373 la
del señorío de Vilalba,
de manera que comienza la ascensión de la Casa
de Andrade hacia
el primer rango de la nobleza gallega.
Pontedeume,
a partir de entonces, quedará íntimamente ligado al destino de esta
familia.
Legendariamente,
se atribuye a Fernán Pérez
«O Boo» la
construcción de siete
iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes.
Escudo de Los Andrade en el Torreón de Pontedeume. Foto: Turismo.gal
Fernán
Pérez fallece en 1397,
sucediéndole su sobrino, Pedro
Fernández de Andrade,
por carecer de descendientes. Su gobierno sería breve y de escasa
importancia.
A
este le sigue Nuno
Freire de Andrade apodado «O Mao»,
por su carácter despótico y cruel. Fue implacable con los monjes de
Sobrado, con quienes los señores de Pontedeume siempre
mantuvieron una guerra incesante; y sometió a sus vasallos a
constantes alzas de impuestos para costear sus campañas de Castilla,
por lo que los burgueses y marineros de las villas de Ferrol,
Betanzos y Pontedeume se unieron a los campesinos para formar
la «Irmandade
Fusquenlla».
Acaudillada
por Roi
Sordo,
surge así una hermandad que pronto se convirtió en un movimiento
de emancipación,
llegando a sitiar a la familia de Nuno
Freire en
el Castillo
de Andrade.
Sería
el apoyo del rey Juan II -según consta en sus «Crónicas»- el
elemento clave para derrotar a la «Irmandade».
Sepulcro de Fernán Pérez «O Boo» en la Iglesia de San Francisco de Betanzos. Foto: Llacasagalman.blogspot.com
Nuno
Freire de Andrade muere
el mismo año en que es sofocada la sublevación de sus vasallos, es
decir, el 1431,
sucediéndole su hijo Pedro
Fernández de Andrade.
María
de Andrade es
la siguiente heredera del señorío de Pontedeume,
pero al morir sin sucesión, sus posesiones pasan a su tío Fernán
Pérez «O Mozo» en
torno al 1443. Éste tendría que hacer frente a nueva guerra
irmandiña de
mayores proporciones que la anterior entre
1467 y 1468.
La acaudillaban Pedro Osorio en el centro de Galicia, Alonso de
Lanzós en las tierras de Betanzos, Pontedeume y obispado de
Mondoñedo, y Diego de Lemos entre el Ulla y el Limia.
Los
resentimientos que todos ellos albergaban contra los Andrade hicieron
que la guerra fuese especialmente virulenta en los dominios de esta
familia, y así bajo el grito de «¡Abajo
las fortalezas!» fue
derribado el Castillo
de Andrade.
Alonso de Lanzós invade y consigue apoderarse de Pontedeume,
haciendo huir a Fernán
Pérez, pero
al final es reintegrada a los dominios de los Andrade y
la rebelión sofocada.
En 1470, Diego
de Andrade,
hijo del Fernán Pérez, se convierte a su fallecimiento en el
séptimo señor de Pontedeume.
Ante
el problema sucesorio entre Isabel y Juana
la Beltraneja,
los nobles gallegos se dividieron. En este caso, el de Andrade luchó
contra su otrora aliado Pedro
Álvarez de Sotomayor y Pardo
de Cela,
partidarios de la hija de Enrique IV.
Sepulcro de Nuno Freire de Andrade «o Mao» en el Monasterio de Monfero. Foto: Ferruxo.blogspot.com
Ya
afianzados los Reyes Católicos en el poder, continúan las
sublevaciones y enfrentamientos con los nobles gallegos, hasta que el
ajusticiamiento del Mariscal
Pardo de Cela y
un juramento de obediencia al rey, firmado por el conde
de Altamira,
el conde
don Sancho y Diego
de Andrade marca
el inicio de la pacificación del territorio.
La
lealtad del Señor
de Andrade fue
recompensada por los Reyes Católicos confirmándole en la posesión
de todos los bienes, tierras, señoríos, villas, castillos y
fortalezas que heredara; le otorgaron una renta de cien mil
maravedíes de por vida; lo nombraron regidor
de A Coruña en 1476 y
capitán de la misma ciudad en 1477;
formó parte del consejo del rey en la corte y lo hicieron conde
de Vilalba,
cuyo castillo reedificó. Murió en 1492,
tras haber asistido el año anterior a la guerra de reconquista de
Granada.
Pero
será su hijo, Fernando
de Andrade y Pérez de las Mariñas,
el conde más relevante de cuantos ostentaron el señorío
de Pontedeume en
lo referente a hechos de armas. Así, acompañó a su padre en la
guerra contra los árabes, aunque sobre todo destacó por sus
victorias en Italia frente a los franceses en 1503, 1511 y 1522,
ganando en la Batalla de Seminara los territorios que antes perdiera
el «Gran Capitán», Gonzalo de Córdoba.
Sepulcro de Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, en la Iglesia Parroquial de Pontedeume.
Siguiendo
el ejemplo de sus predecesores, don Fernando invirtió sus últimos
años en crear y dotar instituciones religiosas con cuantiosas sumas
y así, funda el convento
de frailes agustinos y
la capilla
mayor de
la actual Iglesia
Parroquial,
en la que estableció varias capellanías. Aquí será enterrado tras
su muerte, acaecida en fecha imprecisa entre
1540 y 1542.
MONASTERIO DE MONFERO
CASTILLO DE NOGEROSA
VISTA DESDE LA TORRE
LA TORRE
EL POZO DEL CASTILLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario