domingo, 18 de agosto de 2019

La Casa de Andrade


La Casa de Andrade














el puente de Pontedeume

vista general de Pontedeume
Pazo dos Andrade

Fernán Pérez de Andrade «O Boo» es el primer señor de Pontedeume en virtud del privilegio otorgado en Burgos el 19 de Diciembre de 1371 por Enrique de Trastámara como recompensa por su apoyo en la guerra fratricida contra el rey Pedro I «el Cruel».
A la donación de los señoríos de Pontedeume y Ferrol se uniría en 1373 la del señorío de Vilalba, de manera que comienza la ascensión de la Casa de Andrade hacia el primer rango de la nobleza gallega.
Pontedeume, a partir de entonces, quedará íntimamente ligado al destino de esta familia.
Legendariamente, se atribuye a Fernán Pérez «O Boo» la construcción de siete iglesias, siete monasterios, siete hospitales y siete puentes.

Escudo de los Andrade

Escudo de Los Andrade en el Torreón de Pontedeume. Foto: Turismo.gal
Fernán Pérez fallece en 1397, sucediéndole su sobrino, Pedro Fernández de Andrade, por carecer de descendientes. Su gobierno sería breve y de escasa importancia.
A este le sigue Nuno Freire de Andrade apodado «O Mao», por su carácter despótico y cruel. Fue implacable con los monjes de Sobrado, con quienes los señores de Pontedeume siempre mantuvieron una guerra incesante; y sometió a sus vasallos a constantes alzas de impuestos para costear sus campañas de Castilla, por lo que los burgueses y marineros de las villas de Ferrol, Betanzos y Pontedeume se unieron a los campesinos para formar la «Irmandade Fusquenlla».
Acaudillada por Roi Sordo, surge así una hermandad que pronto se convirtió en un movimiento de emancipación, llegando a sitiar a la familia de Nuno Freire en el Castillo de Andrade.
Sería el apoyo del rey Juan II -según consta en sus «Crónicas»- el elemento clave para derrotar a la «Irmandade».

Sepulcro Fernando Pérez "O Boo"

Sepulcro de Fernán Pérez «O Boo» en la Iglesia de San Francisco de Betanzos. Foto: Llacasagalman.blogspot.com
Nuno Freire de Andrade muere el mismo año en que es sofocada la sublevación de sus vasallos, es decir, el 1431, sucediéndole su hijo Pedro Fernández de Andrade.
María de Andrade es la siguiente heredera del señorío de Pontedeume, pero al morir sin sucesión, sus posesiones pasan a su tío Fernán Pérez «O Mozo» en torno al 1443. Éste tendría que hacer frente a nueva guerra irmandiña de mayores proporciones que la anterior entre 1467 y 1468. La acaudillaban Pedro Osorio en el centro de Galicia, Alonso de Lanzós en las tierras de Betanzos, Pontedeume y obispado de Mondoñedo, y Diego de Lemos entre el Ulla y el Limia.
Los resentimientos que todos ellos albergaban contra los Andrade hicieron que la guerra fuese especialmente virulenta en los dominios de esta familia, y así bajo el grito de «¡Abajo las fortalezas!» fue derribado el Castillo de Andrade. Alonso de Lanzós invade y consigue apoderarse de Pontedeume, haciendo huir a Fernán Pérez, pero al final es reintegrada a los dominios de los Andrade y la rebelión sofocada.
En 1470Diego de Andrade, hijo del Fernán Pérez, se convierte a su fallecimiento en el séptimo señor de Pontedeume.
Ante el problema sucesorio entre Isabel y Juana la Beltraneja, los nobles gallegos se dividieron. En este caso, el de Andrade luchó contra su otrora aliado Pedro Álvarez de Sotomayor y Pardo de Cela, partidarios de la hija de Enrique IV.

Sepulcro Nuno Freire de Andrade

Sepulcro de Nuno Freire de Andrade «o Mao» en el Monasterio de Monfero. Foto: Ferruxo.blogspot.com
Ya afianzados los Reyes Católicos en el poder, continúan las sublevaciones y enfrentamientos con los nobles gallegos, hasta que el ajusticiamiento del Mariscal Pardo de Cela y un juramento de obediencia al rey, firmado por el conde de Altamira, el conde don Sancho y Diego de Andrade marca el inicio de la pacificación del territorio.
La lealtad del Señor de Andrade fue recompensada por los Reyes Católicos confirmándole en la posesión de todos los bienes, tierras, señoríos, villas, castillos y fortalezas que heredara; le otorgaron una renta de cien mil maravedíes de por vida; lo nombraron regidor de A Coruña en 1476 y capitán de la misma ciudad en 1477; formó parte del consejo del rey en la corte y lo hicieron conde de Vilalba, cuyo castillo reedificó. Murió en 1492, tras haber asistido el año anterior a la guerra de reconquista de Granada.
Pero será su hijo, Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, el conde más relevante de cuantos ostentaron el señorío de Pontedeume en lo referente a hechos de armas. Así, acompañó a su padre en la guerra contra los árabes, aunque sobre todo destacó por sus victorias en Italia frente a los franceses en 1503, 1511 y 1522, ganando en la Batalla de Seminara los territorios que antes perdiera el «Gran Capitán», Gonzalo de Córdoba.

Sepulcro Fernando Pérez

Sepulcro de Fernando de Andrade y Pérez de las Mariñas, en la Iglesia Parroquial de Pontedeume.
Siguiendo el ejemplo de sus predecesores, don Fernando invirtió sus últimos años en crear y dotar instituciones religiosas con cuantiosas sumas y así, funda el convento de frailes agustinos y la capilla mayor de la actual Iglesia Parroquial, en la que estableció varias capellanías. Aquí será enterrado tras su muerte, acaecida en fecha imprecisa entre 1540 y 1542.


 MONASTERIO DE MONFERO
 CASTILLO DE NOGEROSA
 VISTA DESDE LA TORRE 
 LA TORRE
EL POZO DEL CASTILLO

domingo, 7 de enero de 2018

INDIOS NORTEAMERICANOS (CANADA)

«First Nation» es un término legalmente indefinido que llegó a estar en uso común en los años de la década de 1980 para reemplazar el término "Banda (pequeño grupo) India". Elder Sol Sanderson dice que él acuñó el término a principios de los ochenta.​ Una banda se define como "un grupo de indios para quienes han sido reservadas tierras de uso colectivo para su beneficio o se ha reservado dinero por la Monarquía de Canadá, o se ha declarado una banda para los propósitos del Acta India".2​ Actualmente hay más de 600 gobiernos de las Naciones Originarias en Canadá, aproximadamente la mitad de los cuales están localizados en las provincias de Ontario y Columbia Británica. Existe un poco de controversia acerca del uso del término "First Nations" por parte de las personas autodescriptas como indígenas de Canadá, o por personas no-indígenas al referirse a las personas indígenas de esta manera. Debido a que bajo los convenios de leyes internacionales, el término "First Nations" no es legal, a diferencia de "personas indígenas" o "naciones".[cita requerida]
El gobierno canadiense, muchas personas indígenas de Canadá, y muchas personas no-indígenas usan el término Naciones Originarias por respeto al derecho de las personas indígenas de escoger ellas mismas cómo ser llamadas.
En general, las personas indígenas en Canadá que se identifican como Naciones Originarias no creen que los pueblos indígenas sean naciones-estados, mientras que aquellos que no usan el término, o insisten en el término "pueblos indígenas", son soberanistas. Existen también pueblos indígenas en Canadá que utilizan el término "First Nation" para cualquier grupo étnico y o nómada privado de auto-determinación como un reconocimiento político de colonización. Estos grupos trabajan a nivel internacional defendiendo los derechos de las minorías y en auto-determinación.
Las reservas indias, establecidas en la ley canadiense por tratados como el Treaty 7, son los territorios contemporáneos de las Naciones Originarias. Algunas reservas están localizadas dentro de ciudades, como la Opawikoscikan Reserve en Prince Albert. Oficialmente existen más reservas en Canadá que las que existen en las Naciones Originarias, debido a que a algunas Naciones Originarias les fueron cedidas múltiples reservas por un tratado.
Otros términos incluyen "Status Indian" y "Non-Status Indian", el último designando a un miembro de una First Nation la cual no tiene derecho a beneficios. El uso de la palabra "Indio" en lenguaje de uso común es errático en Canadá, ya que algunos ven el término con carácter ofensivo mientras que otros la prefieren con tal de no ser llamados con terminología tal como "persona aborigen" (o pueblo aborigen). Todos los miembros de las Naciones Originarias que tienen derecho a beneficios son dados de alta en el Registro Indio, el cual sirve como el registro oficial de miembros de las Naciones Originarias. La administración del Acta India y del Registro Indio son llevados a cabo por el Departamento de asuntos Indios y de la zona Norte del gobierno.

Una muestra de arte de las Naciones Originarias en el Aeropuerto Internacional de Vancouver.
Bajo la proclamación real de 1763, el documento que mucha gente llama La "Carta Magna India",3​ la Corona llama a los pueblos indígenas del territorio británico como "Tribus o Naciones".

Historia

Interacción con Europeo-Canadienses

Los pueblos aborígenes en Canadá han interactuado con los europeos desde el año 1000 (ver Historia de Canadá, Contacto Europeo), pero el contacto prolongado ocurrió una vez que se establecieron asentamientos europeos permanentes.
Desde finales del siglo XVIII, las Naciones Originarias han creído que han sido puestas en la mira con el objetivo de ser asimiladas por lo que llaman cultura Europea/Canadiense.4​ Estos intentos de asimilación alcanzaron un clímax con el establecimiento del sistema escolar residencial Canadiense, la prohibición de prácticas culturales de Indígenas, y el Acta India de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.5
En 1885, algunas Naciones Originarias de Cree y Assiniboine en el Occidente de Canadá (del día moderno) participaron en la Rebelión Nor-Occidental como parte de su resistencia a la expansión Canadiense hacia el oeste. En gran parte de Canadá, las Naciones Originarias llegaron a estar sujetas a los controvertidos Tratados Numerados, mientras que en otras áreas como Columbia Británica, aún están siendo negociados tratados hasta el día de hoy.

Finales del siglo XX

Reporte Gubernamental de 1969
En su Reporte Gubernamental de 1969, el ministro de Asuntos Indios y Desarrollo del Norte de Canadá Jean Chrétien propuso la abolición del Acta India de Canadá, el rechazo del reclamo de tierras aborígenes, y de la asimilación de los pueblos de las Naciones Originarias por la población Canadiense con el estatus de "otras minorías étnicas" en lugar de reconocerles como un grupo distinto.
Una respuesta de Harold Cardinal y los Jefes Indios de Alberta (titulada "Ciudadanos Plus" pero comúnmente conocida como "Red Paper") explicaba la amplia oposición a la propuesta de Chrétien de Estatus de los Indios en Canadá. El Primer Ministro Trudeau y los Liberales comenzaron a retractarse de lo expuesto en el Reporte Gubernamental de 1969, particularmente después de la decisión en el caso Calderen 1973.6
La comisión Erasmus-Dussault
En 1991, el Primer Ministro Brian Mulroney creó la Real Comisión para los pueblos aborígenes. Su reporte fue emitido en 1996; su propuesta más revolucionaria fue la creación de un gobierno para (y por) las Naciones Originarias que sería totalmente responsable dentro de su propia jurisdicción, y con el cual el gobierno federal se comunicaría con base en una relación "Nación-a-Nación". Esta propuesta ofrecía una manera muy diferente de hacer política, más que la fórmula tradicional de asignar todos los asuntos de las Naciones Originarias bajo la jurisdicción de Los Asuntos Indios y de la Zona Norte, manejado por un ministro del gabinete federal. El reporte también recomendó proveer a los gobiernos de las Naciones Originarias con hasta CAD$2,000 millones cada año hasta 2010, con el fin de reducir la brecha socio-económica entre estas y el resto de la población canadiense. El dinero representaría un incremento de al menos un 50% al presupuesto de Los Asuntos Indios y de la Zona Norte. Finalmente, el reporte insistió en la importancia de que los líderes de las Naciones Originarias afrontaran activamente los enormes retos que enfrenta su pueblo, que las Naciones Originarias puedan decidir su propio destino.
El gobierno federal, presidido entonces por Jean Chrétien, respondió al reporte un año después al presentar oficialmente sus disculpas por la forzada inducción cultural que el gobierno federal había impuesto a las Naciones Originarias, y ofreció una suma inicial de CAD$350 millones.
Dentro del espíritu promovido por la comisión Erasmus-Dussault, se han firmado varios acuerdos tripartitas (federal, provincial, y las Naciones Originarias) desde que el reporte se emitió. Así como han ocurrido varias crisis políticas entre los diferentes gobiernos de las provincias y las diferentes bandas de las Naciones Originarias a finales del siglo XX, las más notables fueron:

Principios del siglo XXI

En 2001, el gobierno de Quebec, el gobierno federal y la Nación Cree firmaron "La Paix des Braves" (La Paz de los Valientes, una referencia al tratado de paz de 1701 entre los Franceses y la Liga Iroquesa). El acuerdo permitiría a Hydro-Québec explotar los recursos hidroeléctricos de la provincia a cambio de una compensación por $3.500 millones que serían dados al gobierno de la Nación Cree. Posteriormente, la Nación Inuit de Quebec se unió al acuerdo.
En 2005, los líderes de las Naciones Originarias, gobiernos de varias provincias y el gobierno federal firmaron el Acuerdo Kelowna, el cual produciría $5,000 millones a lo largo de 5 años, pero el gobierno recién electo de Stephen Harper rehusó firmar el acuerdo.
Actualmente, muchas Naciones Originarias junto con sus compañeros los Métis y los Inuit, alegan que reciben recursos inadecuados para educación, y que sus derechos han sido pasados por alto en muchas ocasiones. Recientemente[¿cuándo?] James K. BartlemanTeniente gobernador de Ontario, ennumeró la motivación de los jóvenes de los pueblos indígenas como una de sus principales prioridades de su agenda de trabajo. Durante su mandato, que comenzó en 2002, ha impulsado varias iniciativas para promover alfabetización y la construcción de puentes. El mismo Bartleman es la primera persona de extracción aborigen en asumir la posición de Teniente gobernador en Ontario.
A 2006, existen más de 75 comunidades de las Naciones Originarias en condiciones de tener que aplicar la recomendación de hervir el agua.7​ A finales de 2005, la crisis de agua potable de la First Nation Kashechewan recibió la atención de los medios a nivel nacional cuando la bacteria E. coli fue descubierta en su sistema de suministro de agua, después de dos años de vivir con la recomendación de hervir el agua. El agua potable les fue suministrada por una nueva planta de tratamiento construida en marzo de 1998. La causa del agua contaminada resultó ser un inyector de cloro obstruido que no fue descubierto por los operadores locales, que estaban poco cualificados para cuidar de la planta de tratamiento. Cuando se hicieron análisis oficiales, los niveles de cloro estaban alrededor de 1.7 mg/l (los niveles normales para una correcta desinfección estarían en 250 mg/l8​), lo cual era insuficiente para su desinfección, causando desordenes crónicos de la piel, tales como impétigo y sarna[cita requerida]. Una investigación a cargo de Health Canada reveló que los desordenes de la piel más bien se debían a vivir en condiciones anti-higiénicas. La evacuación de Kashechewan es generalmente vista por los Canadienses como un grito por ayuda para otros problemas sociales y económicos subyacentes que enfrentan los pueblos aborígenes de Canadá.

Demografía

En el siglo XX la población de las Naciones Originarias de Canadá se incrementó 10 veces. Entre 1900 y 1950 la población creció solamente un 29% pero después de 1960 el nivel de mortalidad infantil en las reservas bajó drásticamente y la población creció en un 161%. Desde la década de 1980 el número de recién nacidos de las Naciones Originarias se ha más que duplicado y actualmente casi la mitad de la población de las Naciones Originarias tiene menos de 25 años. Como resultado se espera que la población de las Naciones Originarias de Canadá se incremente sobremanera en las próximas décadas

Áreas culturales

Las Naciones Originarias pueden ser agrupadas en áreas culturales basadas primariamente en el modo de vida de sus ancestros, u ocupación, al momento de ocurrir el contacto europeo. Esas áreas culturales corresponden de manera estrecha con las regiones de Canadáfísicas y biológicas.
En la Costa del Pacífico las culturas se desenvolvían en relación a la pesca en el océano y en los ríos; en el interior, la caza y recolección y la pesca en los ríos. En ambas áreas el salmón tenía una importancia mayúscula. Para los pueblos de las planicies, la caza de bisonte era la actividad primaria. En el bosque subártico, otras especies como el alce eran más importantes. Para los pueblos cercanos a los Grandes Lagos y el río San Lorenzo, se practicaba la agricultura rotativa, incluyendo el cultivo del maízfrijol y calabaza.
Hoy en día, los pueblos de las Naciones Originarias trabajan en una gran variedad de ocupaciones y muchos también viven fuera del lugar de sus ancestros. No obstante, las culturas tradicionales de sus ancestros, forjadas por la naturaleza, aún ejercen una fuerte influencia en su cultura, desde sus actitudes espirituales hasta las políticas.


El orgullo de los indios Mohawk de Canadá


Muro de bienvenida a la fiesta del Pow wow en Kanahwake
Muro de bienvenida a la fiesta del Pow wow en Kahnawake
Jurado en el concurso de danza Mohawk
Jurado en el concurso de danza Mohawk
La pequeña isla Tekakwitha, se reservó para la celebración de este día tan importante para las primeras naciones. Era verdaderamente una oportunidad única para conocer más sobre los indígenas, su orgullo y su lucha incesante para defender lo que siempre fue de ellos y un día se lo robaron. Allí conocí a Leonard, o en lengua Mohawk “Atonnion“, que significa águila marrón, un hombre de 69 años orgulloso de su raza y preocupado por preservar sus costumbres, su historia y su lengua y luchar por sus derechos como primeras naciones.
Tengo 69 años, hace un rato participé en el concurso de baile dentro mi categoría de edad,  un baile tradicional masculino. Toda mi vida he vivido aquí en Kahnawake, excepto cuando he viajado y trabajado en varios estados de Canadá y Estados Unidos. Cómo Mohawk hablo la lengua mohawk, también hablo un poco de francés y hablo muy bien el inglés.
Atonnion cuenta con fervor su cultura y la voluntad de preservarla
Atonnion cuenta con fervor su cultura y la voluntad de preservarla
Las reservas de las primeras naciones en Canadá son una especie de estado soberano independiente del territorio canadiense, con un gobierno indígena elegido democráticamente cada 3 años. En Kahnawake se escogen representantes para ocupar el Mohawk Council de Kahnawake (MCK), compuesto por un Gran Jefe y 11 consejeros jefes. Joe Norton es el actual gran jefe de la reserva desde el pasado 28 de junio.  Un hombre que gobernó durante los años 90 durante 11 mandatos consecutivos y que en 2002, después de volver a salir electo abandonó la política. Pero ahora ha vuelto con la intención de poner orden en materias como la industria del tabaco o la cuestión del matrimonio entre nativos y no nativos que divide a sus habitantes.  Atonnion está convencido de lo bueno que es gobernarse a sí mismos.
Nuestra reserva aquí, quizás sea una de las reservas más modernas, tenemos de todo, tenemos infraestructuras, agua corriente, tenemos nuestro propio hospital, dirigimos nuestras propias escuelas, nuestra propia policía, una plantilla formada por gente Mohawk, porque ellos saben lo que es mejor para nosotros. Años atrás teníamos la RCMP (Polícia Real Montada de Canadá) y la Seguridad de Quebec en Kahnawake, pero nunca funcionó, siempre había problemas. Pero ahora tenemos a nuestra propia gente  patrullando a nuestra propia gente. Es mejor de ese modo.
Además, en Kahnawake, cuenta Atonnion que la preocupación por preservar la lengua indígena vuelve con fuerza entre las nuevas generaciones.
En Kahnawake tenemos lo que le llaman las Escuelas Mohawk de Emergencia, los niños van a estas escuelas hasta sexto grado  y luego al instituto local de Kanhawake, que se llama Escuela de Conservación de Kahnawake. Aquí consideramos que tenemos una generación perdida de hablantes, por eso estamos tratando trabajar duro para que los más jóvenes retengan la lengua. Porque en la escuela… no sé si habréis oído hablar de las escuelas residencia (…) sí… quisieron que perdiéramos nuestra cultura, nuestra identidad, nuestra lengua, pero aquí en Kahnawake, somos testarudos, nos negamos que eso pasara.  Tenemos gente de aquí de Kanhwake que fueron a las escuelas residenciales, y algunos cuando volvieron aquí habían perdido su lengua, estaban muy tristes, y algunos de ellos fueron a la tumba sin apenas hablar de ello. Porque hay que hablar de eso, para sacar los sentimientos de furia. Así que tenemos una generación en la que hubo apenas presencia de la cultura mohawk, pero ahora con los más jóvenes y con nuestras propias escuelas de emergencia podemos conseguir volver a nuestras raíces y preservar más nuestra cultura.
Atonnion se refería a las escuelas residenciales creadas por el gobierno canadiense a finales del siglo XIX y el siglo XX para llevar un proceso de asimilación entre la población nativa. Eran escuelas administradas por las iglesias cristianas, predominantemente por la Iglesia Católica de Canadá pero también la Anglicana y la Unificada. Su política y objetivo principal fue robar la cultura y los lazos familiares a los niños nativos e infundirles la cultura dominante canadiense del hombre blanco mediante la fuerza.  La primera escuela se abrió en 1840 y la última cerró sus puertas en 1996. Durante este periodo de más de 150 años, se calcula que aproximadamente unos 150.000 niños nativos acudieron a este tipo de escuelas, forzados en la mayoría de ocasiones por las leyes constituidas en los estados o directamente por los misioneros. Por ejemplo, una ley de 1884 convirtió la escolarización en obligatoria para los jóvenes nativos menores de 16 años, así, en los lugares donde la escuela residencial era la única opción, los niños eran desposeídos de sus familias a la fuerza, si se negaban a enviarlos eran amenazadas con multas o penas de cárcel.
Los cimientos de este sistema de genocidio cultural se establecieron con la Gradual Civilization Act de 1857 y la Gradual Enfranchisement Act de 1869, por las que se asumía la inherente superioridad de las maneras francesas e inglesas y la necesidad de los Indios de convertirse en angloparlantes y francoparlantes, cristianos y granjeros. Leyes como la esterilización obligatoria de 1928 en el estado de Alberta y la de 1933 en la Columbia Británica también están relacionadas con la existencia de estas escuelas, las que bajo el pretexto de que los nativos son deficientes mentales obligaban a muchos jóvenes a pasar por este proceso.
Lamentablemente no fueron éstas las únicas prácticas dementes llevadas a cabo por los religiosos con el beneplácito del gobierno. Abusos sexuales, físicos y psicológicos se imponían en estas escuelas remotas para inculcar la supuesta superioridad del hombre blanco y cristiano. Los castigos físicos no eran un secreto entre la población canadiense, de hecho las escuelas a menudo justificaban sus violentas habilidades y decían que así era la única manera de salvar las almas o civilizar a los salvajes. Además las condiciones higiénicas, la carencia de medicamentos, el frío y la aglomeración provocaban tasas de muerte altísimas entre las criaturas que vivían ahí.
El último informe publicado por la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadáconstata que al menos 6.000 niños murieron por malnutrición, enfermedad y abusos sufridos. Se retrata la  historia racista del país contra su población indígena denunciando que existió un genocidio cultural durante los últimos 100 años.
El informe destaca también que en las décadas de los años 1940 y 1950, las autoridades canadienses utilizaron a los niños indígenas en experimentos médicos para determinar la resistencia del cuerpo humano a la malnutrición. Así mismo se constató que, dado el rechazo de las autoridades canadienses para proporcionar documentos en su posesión sobre las residencias escolares, la Comisión no ha podido determinar con claridad el número de muertes en los internados, por lo que la cifra real posiblemente sea mucho mayor.
Con motivo de la presentación de este informe presentado el pasado mes de junio, la Comisión solicitó al gobierno canadiense que  acepte las 94 recomendaciones con el fin de hacer justicia y llegar a la reconciliación. Entre estas propuestas se contempla la petición de que Canadá adopte e implemente la Declaración de los derechos de los Indígenas de la ONU, algo que hasta el momento el gobierno del conservador Stephen Harper se ha negado a aplicar. Atonnion se expresaba escéptico en torno a la relación con el gobierno.
Con algunas personas es difícil que se abran, hablar de lo que sucedió, siempre se lo van a quedar adentro. siempre dicen, bien, Canadá no está al alcance, se cuestionan eso, que no tienen dinero, y … tienen mucho dinero. Nos quitan minerales, agua, árboles, electricidad, todo, esto era nuestro país entero y Canadá se está aprovechando de lo que es agradecidamente nuestro. ¿Cuánto recibimos? El gobierno te dirá que dan a los nativos 5 billones al año, 5 billones repartidos por todo Canadá. Hay unas 550 comunidades, y tu repartes 5 billones, ya sabes, terminamos recibiendo, no las sobras, un poco más, pero necesitamos más.
El pow wow fue una gran y enriquecedora experiencia para conocer más esta triste historia de Canadá, un lugar marcado por el racismo y la exterminación de las diferencias. Afortunadamente gracias a la Comisión para la Verdad y Reconciliación de Canadá y agrupaciones de indígenas que claman por sus derechos la verdad poco a poco va saliendo a la luz y esperemos, quizás sea un deseo utópico, que algún día la reconciliación sea una realidad.









La relación rota de Canadá con sus pueblos indígenas


- Relator Especial de Naciones Unidas emite crítico informe sobre las violaciones a los derechos humanos que enfrentan los pueblos indígenas en Canadá.
Por Kait Bolongaro*
Aljazeera, 13 de junio, 2014.- El 12 de mayo de 2014, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, presentó su informe sobre la situación de los pueblos indígenas en Canadá. El documento revela los abusos a los derechos humanos que sufren los pueblos en la actualidad, así como la desigualdad crónica presente en la sociedad canadiense.
Durante su visita al país en 2013, Anaya se reunió con comunidades indígenas y funcionarios del gobierno de seis provincias para desarrollar una evaluación exhaustiva de la situación. Aunque Anaya resaltó el sólido marco legal canadiense, encontró que no se habían producido mejoras en las condiciones de vida de los indígenas desde la última visita del Relator Especial en 2004.
Canadá fue el primer país en extender la protección constitucional a los pueblos indígenas hace 30 años. A pesar de autoconsiderarse a la vanguardia de los derechos indígenas, esta percepción está lejos de la realidad. Canadá defraudó a sus pueblos originarios y las relaciones entre ambas partes están rotas.
La brecha socioeconómica entre los canadienses indígenas y no indígenas continúa siendo grande. En 2005, un canadiense medio ganaba C$30.000 al año, mientras que los ingresos medios para una persona de las Primeras Naciones (término que refiere a los indígenas de Canadá excluyendo a los inuit y métis) se limitaban a C$20.000. Las Primeras Naciones que viven en reservas son las más pobres de los tres grupos indígenas de Canadá: sobreviven con C$12.000.
No hay suficientes servicios al alcance de las comunidades aborígenes, principalmente en áreas remotas. La prestaciones públicas de infraestructura, salud, educación y otros servicios básicos son inadecuadas. El sector de la vivienda está en crisis, en particular en las reservas: un alarmante 45% de los pueblos de las Primeras Naciones vive en edificios que requieren reparaciones considerables. La mitad de los sistemas de suministro de agua utilizados por los pueblos indígenas presenta riesgos para la salud entre medios y altos.
La población canadiense goza de niveles educativos elevados. Un cuarto de la población adulta posee un título universitario; pero ese número cae al 6,5% entre los indígenas. La probabilidad de que los jóvenes indígenas  acaben sus estudios secundarios es casi tres veces menor que la del resto de la población.
Para intentar abordar este problema, el actual gobierno envió recientemente al Congreso el proyecto de Ley C-33 de Educación de las Primeras Naciones. Sin embargo, la controversia en torno a su contenido terminó precipitando la renuncia del jefe de la Asamblea de las Primeras Naciones, Shawn Atleo, lo que condujo al estancamiento del proceso de discusión de la ley.

La historia de América desde adentro – Idle No More

Las consecuencias sociales de la desigualdad son fuertes y las estadísticas impactantes: los aborígenes tienen siete veces más probabilidades de ser asesinados y dos de ser víctimas de un delito violento. El consumo de drogas se ha disparado entre los indígenas y los niños son ocho veces más proclives a ser institucionalizados por los servicios sociales estatales.
A pesar de que solo el 3% de la población canadiense es indígena, representan el 23% de los reclusos y el 33% de las reclusas en las cárceles estatales. La tasa de encarcelamiento de mujeres indígenas creció un 80% en la última década, debido en parte al sistema de condenas mínimas introducido por el actual primer ministro Stephen Harper.
La situación es especialmente desalentadora para las mujeres indígenas. Más de 1200 mujeres y niñas indígenas han desaparecido en los últimos 30 años a lo largo de la Autovía 16, conocida como “Autovía de las Lágrimas”, en la provincia de Columbia Británica. El informe de Anaya recomienda que Canadá impulse una investigación nacional sobre estas desapariciones, cosa que hasta ahora el gobierno ha rechazado por considerarla innecesaria, a pesar de que los grupos indígenas la están reclamando.
Otra de las preocupaciones señaladas en el informe es la violación de los derechos vigentes en tratados. Si el gobierno aspira a modificar las políticas para tener un impacto en los pueblos indígenas, es necesario que los involucre en el proceso de toma de decisiones. Sin embargo, los dirigentes actuales han ignorado o limitado el acceso de los grupos indígenas a este proceso. En 2012 hubo modificaciones sin consulta previa de cinco leyes, lo que desencadenó la formación del movimiento de protesta “Idle No More” y agravó la pérdida de confianza en el gobierno.
El informe de Anaya es un testimonio del lamentable estado de los indígenas canadienses en la actualidad. Sin embargo, si se hubiera cedido a las presiones del gobierno este documento no habría sido publicado. Fueron necesarias tres solicitudes de permiso durante un año para que James Anaya pueda visitar oficialmente el país con el objetivo de evaluar la situación de los derechos humanos.
Este es solo un episodio más de una larga y tortuosa historia de opresión. En el periodo desde el  siglo XIX hasta 1996, más de 150.000 niños y niñas indígenas fueron arrebatados de sus hogares familiares y enviados a internados. Estas instituciones formaban parte de un agresivo programa de asimilación para aniquilar las lenguas y culturas nativas y reemplazarlas por el inglés y francés,  la cristiandad y la tradición “canadiense”. Muchos niños murieron en estas prisiones y sufrieron abusos por parte de profesores y otros tutores. Los efectos de este plan de asimilación siguen presentes en la sociedad y probablemente seguirán por generaciones.
Actualmente, la relación entre el gobierno canadiense y los pueblos indígenas está rota. Muchos de los dirigentes del gobierno y sus políticas se limitan a tomar medidas simbólicas para paliar la desigualdad y discriminación que sufren los pueblos. En el lenguaje actual de la política nacional, los llamados intereses canadienses (los de la población general) y los intereses indígenas son retratados como divergentes, en lugar de beneficiarse mutuamente en favor de la totalidad.
Según la revista Forbes, Canadá ocupa el puesto 14 en la lista de países más ricos del mundo, con un PIB de C$39.171 millones. Es paradójico que una parte de la población canadiense viva en condiciones de pobreza mientras sus tierras tradicionales contienen abundantes recursos naturales. También lo es que el gobierno ignore esta situación, mientras se beneficia de las reservas petroleras y mineras ubicadas en tierras indígenas. Dado que la población indígena continúa creciendo a un ritmo cinco veces mayor que el resto de los grupos étnicos de Canadá, esta disparidad amenaza con convertirse en una bomba de tiempo social. Si el gobierno continúa ignorando los reclamos lo hace a su cuenta y riesgo.